2 de julio de 2013

PEGAR A LOS NIÑOS ES UNA AGRESIÓN





Aunque la mayoría de los padres no ha podido controlarse y dieron un cachete a su hijo, pegar para educar no es la solución. Para los psicólogos no es efectivo ni el famoso "cachete a tiempo", dado para asustar y alertar al pequeño. A los niños no se les puede educar a golpes.

Al pegar, cachetear, pellizcar o tirar de los pelos a un niño por portarse mal, solo les enseñan a tener miedo a que vuelvan a pegarle, pero no les hacen reflexionar, entender y reconocer que lo que hizo estaba mal. Por ejemplo, cuando se enseña a un niño a comer despacio, se le explica que si come rápido puede dolerle la tripita, y no que "si no comes bien, te pego". Cuando este niño no esté vigilado por su padre o su madre, hará lo que le de la gana. Los psicólogos que participaron en el estudio coinciden que cuando los padres llegan a dar en la nalga de su hijo es porque no han conseguido enseñarle los límites con razonamiento y lógica. No han tenido la paciencia ni la persistencia suficientes para hacerlo. Tal vez no crean que estas vías son posibles y menos aún si su hijo es pequeño.

Según la guía de la Asociación Americana de Pediatría, un bebé de menos de 18 meses no entiende la conexión entre un cachete y el mal comportamiento. Agresión, maltrato, así como los golpes de todo orden, solo generan secuelas en el plano psicológico de los pequeños que, más tarde o temprano pueden presentar problemas como reacciones violentas y agresivas, incapacidad para defenderse, baja autoestima, dificultades para relacionarse, falta de comunicación con sus padres, la mentira para evitar el castigo, etc. Se sentirán y serán siempre víctimas de la mala educación de sus padres.

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